Las auditorias mercantiles consisten en la revisión y verificación de cuentas de una sociedad mercantil para valorar la fiabilidad y exactitud de las mismas en relación con la imagen que la empresa puede presentar de su situación financiera y patrimonial.
El auditor se sitúa en una posición parecida a la de un ‘fedatario público’. No certifica nada, sino que proporciona una opinión profesional en base a las cuentas auditadas, para concluir, según unos procedimientos basados en el muestreo, si las cuentas analizadas rebasan ciertos límites de tolerancia.
Se concluye que la auditoría no consiste en una investigación en busca de fraudes, robos o cualquier operación irregular, porque sus métodos de trabajo no tienen específicamente esa finalidad. Aunque, muchas veces, ese trabajo pueda sacar a la luz estas cuestiones.
Por eso, la función de las auditorias mercantiles debe contemplarse de forma positiva, como una forma muy útil de llevar el control sobre la propia empresa, clarificando la documentación contable y ayudando a la sociedad mercantil a corregir las posibles desviaciones.
Existe un imperativo legal que obliga a la realización de auditorías en algunas sociedades mercantiles en los casos tipificados. Sin embargo, es una buena opción realizar auditorias mercantiles voluntarias para garantizar el buen estado de las cuentas anuales y conseguir las ventajas competitivas que ofrece esta decisión.
La principal ventaja reside en la mejoría de la integridad, la credibilidad y la fiabilidad de las cuentas societarias, así como en la imagen general de la empresa. Esto, por ejemplo, puede redundar en el caso de las pymes en mejorar sus relaciones con bancos y entidades financieras, mientras que en las corporaciones grandes puede influir en la opinión de las agencias de calificación.
Con estas auditorias mercantiles voluntarias la empresa consigue disponer de una información financiera y contable mucho mejor. Esto supone una estimable mejoría en la toma de decisiones de la empresa y es una ventaja competitiva clara respecto a las que no realizan dichas auditorías.
No debe despreciarse la capacidad del auditor de encontrar disfunciones, deficiencias o fallos que pueden corregirse a tiempo. Con más motivo si se detectan posibles prácticas fraudulentas o ilegales que podrían acarrear inmensos problemas a la sociedad mercantil.
Lo ideal para la empresa es contar con compañías especialistas en auditorias mercantiles como AUDICAS, con amplia experiencia en el sector y la filosofía de ofrecer un servicio personalizado a cada cliente, ya se trate de pequeñas o grandes empresas, en el entendimiento de que no existen respuestas o soluciones únicas para necesidades particulares.
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