En la normativa vigente existen tres tipos de facturas, cada una con sus requerimientos y funciones. Por ello es necesario para facilitar la auditoria de cuentas de una empresa, conocer cada uno de los tipos.

La factura ordinaria es aquella que se utiliza para documentar las operaciones económicas de una persona física o jurídica, ya sea una relación comercial, de una compraventa, o bien, la prestación de algún servicio. Es la factura que se utiliza con más frecuencia. Debe contener los datos de la operación: número de factura, fecha de expedición, los nombres y apellidos o la razón social, el número de identificación fiscal, los domicilios, tanto del emisor como del destinatario, una descripción de la operación por la que se emite, el tipo de IVA aplicable, el porcentaje que se retiene a cuenta del IRPF, en su caso, y la cuota tributaria correspondiente, el importe total a pagar y la fecha de la operación.

Pero, puede suceder que se cometa algún error en su realización. Para ello, existen las facturas rectificativas. Cuando una factura ha sido hecha sin cumplir con la normativa vigente, o cuando se ha cometido un error, se utiliza esta factura para hacer la corrección, y también en caso de que se produzca alguna devolución de productos por parte del cliente. También son el documento que se utiliza cuando se produce algún descuento o bonificación posterior a la operación; cuando se ordene su rectificación por resolución judicial firme, por la que se deje sin efecto o se modifiquen las operaciones realizadas; y, por auto en el que se declare el concurso del destinatario. Deben expedirse en el momento en que se tenga constancia de las causas que dan lugar a su rectificación, y, en cualquier caso, siempre que no hayan transcurrido más de cuatro años desde su emisión. Existe la posibilidad de poder rectificar varias facturas en una única factura de rectificación, siempre que en la rectificativa se identifiquen todas y cada una de las facturas rectificadas. La factura rectificativa debe contener, además de los datos de la ordinaria, la factura rectificada, la rectificación que se realiza, su condición de factura rectificativa y las causas de la rectificación.

La factura recapitulativa es otro documento que nos puede servir para agilizar los procesos de facturación, ya que permite una recapitulación de facturas ordinarias en un periodo temporal, normalmente, de un mes. Permite apuntar en una sola factura, más de una operación, en distintas fechas y de un mismo destinatario, siempre que estén comprendidas en un mismo mes natural.