La balanza de pagos registra las transacciones efectuadas entre residentes y no residentes de un país. Sin entrar ahora en los problemas que puedan derivarse de la definición de “residente”, es importante señalar que este documento contable funciona de acuerdo a una estructura que trata de abarcar todos los tipos de transacciones posibles. Y es que éstas son de muy diversa índole, tanto el dinero invertido por un visitante extranjero mientras hace turismo como la compra por medio de bienes importados entran en el registro de la balanza de pagos.

La estructura de esta balanza parte de una división en dos grupos fundamentales. Sin embargo, como veremos más abajo, se realiza una clasificación más específica por medio de subdivisiones para mayor concreción en cuanto a la índole de las transacciones:

1) Las transacciones que suponen un flujo de renta con el exterior, ya sean bienes, servicios o transferencias, se recogen en la balanza por cuenta corriente. El saldo resultante de la suma de estos intercambios es lo que determina si un país necesita financiación. No obstante, el FMI aconseja para la determinación de este aspecto que se incluya también el saldo de la balanza de cuenta de capital.

2) Las transacciones que consisten en compra-venta de activos con el exterior se registran en la balanza de capital.

Sin embargo, de acuerdo con los criterios fijados por el Fondo Monetario Internacional, las operaciones de la balanza de pagos se ordenan y sistematizan de una manera más compleja, partiendo de tres tipos de cuentas. Son las siguientes:

a) Por un lado, en la denominada “balanza por cuenta corriente” se registran las transacciones de tipo comercial o de bienes, las transacciones de servicios, las rentas y las transferencias.

b) Las transferencias de capital y las transferencias de activos no producidos no financieros se engloban dentro de la llamada “cuenta de capital”. Por ejemplo, aquí se registran los movimientos de fondos derivados de liquidaciones de patrimonio de personas que cambian su residencia (inmigrantes o emigrantes). También entran dentro de esta clasificación las transferencias de capital entre las administraciones públicas y la UE.

c) La “cuenta financiera” engloba las operaciones de activos y pasivos netos entre residentes y no residentes. En ella se separan las operaciones correspondientes al Banco de España y las correspondientes a otros sectores. Las operaciones exteriores del Banco de España contemplan el registro de la variación de reservas y de la cuenta del Banco de España, así como de sus activos y pasivos en el exterior. Por su parte, la cuenta financiera que excluye al Banco de España ofrece el registro de cuatro balanzas diferenciadas según se trate de: a) inversiones directas, b) inversiones de cartera, c) derivados financieros, d) otras inversiones.

Además, con el fin de subsanar diferencias en cuanto a las estimaciones y las valoraciones (algunas, necesariamente, de índole aproximativa, como es el caso del turismo), se dispone también de una cuenta de “Errores y Omisiones”. Con esta partida se cuadran las cuentas al cierre.