Muchas empresas optan erróneamente por circunscribirse al mercado nacional, sin considerar, ni por un momento, la opción de expandir su negocio más allá de las fronteras. Prospeccionar la posibilidad de exportar nuestro negocio a países extranjeros es fundamental una vez hemos logrado asentarnos en el mercado nacional. De nuestra visibilidad como marca internacional dependerán, en gran medida, nuestras posibilidades de crecer exponencialmente y consolidar un proyecto de futuro.

Las PYMES están siendo protagonistas del auge de la ruptura de las fronteras en el mundo empresarial. Antaño, las grandes empresas eran las únicas que contaban con los medios materiales y humanos suficientes para cruzar nuestras fronteras, pero actualmente, las PYMES son las que abanderan esta revolución, llevando sus productos y sus servicios a otras localizaciones.

La solvencia de una empresa internacionalizada viene dada por la posibilidad de mantenerse a flote frente a las inclemencias circunstanciales del país de origen. Muchas empresas españolas, durante la crisis, hubieran logrado salvar su proyecto de haber tenido proyección en el extranjero, ya que no sólo diversifica el mercado, también crea confianza en bancos e inversores, permitiendo alargar la linea de crédito ante una mala racha, por no hablar de la posibilidad de recibir financiación extranjera.

Otro punto importante, y que no se suele tener presente, es la acumulación de nueva información del mercado a la que tendremos acceso. Podremos sondear nuestro enfoque desde perspectivas nuevas y cerciorarnos de nuestras posibilidades reales, permitiéndonos pulir aspectos que de otro modo jamás hubiéramos podido descubrir. Entendemos que el mercado es, ni más ni menos, que una serie de agentes económicos intercambiando relaciones voluntarias entre sí, y a cuantos más diversos agentes tengamos acceso más información aprovechable tendremos para poder resolver nuestro enfoque de forma exitosa.

Internet es una herramienta ideal para dar a conocer nuestros productos en el extranjero. Es curioso, como muchas veces, y sin querer pecar de excesivo entusiasmo, productos concretos gozan de una popularidad inusitada en los mercados más insospechados, es decir, que existe una demanda enorme que en ocasiones no se corresponde con la pequeña oferta existente, lo que nos permitirá además de un rápido crecimiento unos márgenes de beneficio muy holgados que nos procurarán liquidez inmediata.

Como has podido observar los beneficios de la exportación no son meramente económicos, hoy día, en un mundo globalizado, casi que resultan imprescindibles para poder vender nuestro producto también en origen, ya que nos da una serie de información que antes permanecía oculta.