Toda empresa para su funcionamiento, seguimiento y control, debe contar con un sistema de Gestion Contable que permita determinar el comportamiento comercial y financiero de sus operaciones, facilitando así a través del procesamiento de la información obtenida, la toma de decisiones que conlleven una mayor rentabilidad y un mayor aprovechamiento de los recursos.

Esta gestión basa sus fundamentos en el cumplimiento de tres sencillos pasos, siendo éstos: el registro de los movimientos de dinero o bienes, clasificación de dicha información sobre las entradas y salidas de dinero y el resumen de estos registros.

Es a través de esta información que se puede determinar el éxito de la empresa y si hay medidas que deben ser consideradas para la mejora financiera de la empresa, es decir, no es sencillamente un proceso de registro de información, el objetivo real es integrar toda la información, analizarla e interpretarla como método vital para el análisis del negocio.

En cuanto al registro de todos los movimientos de dinero o bienes, esto se realiza para todas y cada una de las transacciones, esta parte del proceso resulta bastante sencilla y metódica, resultando su ejecución un procedimiento mecánico.

En el caso de la clasificación de la información registrada, podemos indicar que la misma requiere de mayor conocimiento, ya que implica la codificación de las transacciones en función de la naturaleza de las mismas, esta función no es automática.

El último de los pasos se refiere al resumen de la información procesada en los pasos anteriores, resultando el paso más importante, ya que es a través de sus resultados que se definen los pasos a seguir ya sea en el área técnica de operativa, como en la financiera.

Resulta de alta importancia contar con una gestion contable estructurada, integrada y organizada que permita interpretar el comportamiento de todos los elementos del negocio que son determinantes para el desarrollo de la rentabilidad del mismo, que a fin de cuentas es la razón por la que la mayoría de las empresas son creadas.

Es a través de estos procesos que se puede determinar si la venta de un producto o la prestación de un servicio está siendo correctamente valorada y ofrecida al cliente y de igual manera es la forma óptima de definir si las políticas administrativas y financieras están siendo debidamente manejadas.

Por todo ello es importante realizar auditorías periódicas para tomar decisiones, facilitando así la implementación de políticas financieras y legales acordes a la legislación de cada país, maximizando el beneficio de los involucrados, por lo que hoy día no es una utopía el hecho de poder tener total control sobre el negocio.